¿Estaré fallando en algo?
Sin duda esta es una muy buena pregunta.
Hace poco contactaba conmigo el propietario de una vivienda que lleva a la venta más de un año sin obtener los resultados esperados, sigue sin venderse y han tenido que bajarle el precio en dos ocasiones debido a la urgencia en la venta.
Decía que estaba bastante afectado por cómo estaba reaccionando la gente que visitaba su vivienda; “Me dicen que está fatal, que necesita pintarse, que está muy vieja y abandonada”.
Contaba que en esa casa había trabajado mucho, levantándola desde los cimientos, trabajando en su interior cada hora que tenía libre, cada fin de semana sin descanso, durante más de dos años, que le había costado muchísimo tiempo y esfuerzo terminarla.
Luego allí creó su familia, nacieron sus hijos, crecieron, crearon recuerdos en esa casa, recuerdos que la siguen impregnando por todas partes…
Cuando la visité casi podía escuchar las risas de los niños correteando por los pasillos, el trajineo en la cocina preparando la cena…a pesar de que ya esos niños son adultos independientes de sus padres, con su propia vida y su propio hogar.
¿Por qué mi casa no se vende? ¡Necesito venderla ya!
El mayor problema de una venta difícil es el apego que tenemos hacia ese lugar que nos dio tanto, en el que pasamos más de la mitad de nuestra vida, en el que lloramos, reímos, nos hicimos como personas, con nuestros gustos particulares, los nuestros, no los de otras personas ni los de sus casas.
Hay que empezar por sacar todo lo nuestro para ofrecer al posible comprador, no tu casa, sino SU POSIBLE HOGAR.
Es lo primero que hay que entender, esa casa, desde el momento en que decides venderla, piensa que ya no es tuya, solo así conseguirás llevar a cabo una venta efectiva.
Deshazte de todo lo personal, ningún posible comprador se imaginará viviendo en esa casa llena de la vida de otras personas, se le hará muy difícil verse instalándose ahí.
Repara los desperfectos que pueda tener, esta es una cuestión que se repite en la mayoría de las viviendas en venta. Los propietarios se acostumbran a vivir con esos desperfectos, entran a formar parte de su día a día y no los ven como tal. Un posible comprador será en lo primero que se fije, evítalo y estarás evitando que te pidan rebaja en el precio.
Mira tu casa como si ya no fuera tuya, es un producto en venta, ¡Necesitas venderla!
Apórtale más valor añadiendo justo lo que necesita, dale a los posibles compradores, no uno sino varios motivos para visitarla, déjala ir, deja que el que venga pueda crear sus propios recuerdos y que pueda empezar a escribir una nueva historia…
Ofrécele un estilo de vida, la imagen que quieren ver, un hogar, un lugar donde vivir, su refugio, su hogar.
Si tu casa tampoco se vende, has rebajado el precio, y ya no sabes qué o como puedes hacer, yo te ayudo.
Visitaré tu vivienda sin ningún tipo de compromiso ni coste alguno para poder asesorarte y guiarte en la difícil tarea de vender rápido y a buen precio sin necesidad de hacer continuas rebajas de precio. También ofrezco asesoría Online.
¡No esperes más! ¡Consigue vender tu casa por fin!