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Esta semana leía un artículo que habla sobre cómo afecta el trabajo invisible de las madres y la carga mental en la salud emocional basado en un estudio publicado en la revista Sex Roles y que me ha motivado a escribir este post. Aquí te dejo el enlace para que puedas leerlo, es muy interesante.
¿Sentimos todas las mujeres esa carga mental tan pesada? ¿Qué diferencia nuestros pensamientos de los de por ejemplo nuestros maridos? ¿Por qué a pesar de todo todavía nos sentimos responsables de que todo salga bien, que todo esté bajo control y no se nos escape nada?
¿Qué podríamos hacer para liberarnos de esa pesada carga mental que nos asalta a veces durante todo el día especialmente por la noche?
¿Te ha pasado alguna vez despertarte en medio de la noche, pensando si has terminado de redactar algún documento, puesto la ropa de deporte de tus hijos a lavar, comprado patatas…?
A mí también me ha pasado, los problemas de estrés, cansancio, rutina acabaron pasando factura en mi salud, así que busqué un remedio y logré salir de toda esa rueda que no paraba de girar. Un día frené y conseguí un método para que mi vida fuera como yo quería.
Y si alguna vez, alguna época de más trabajo empiezo a sentir que la carga se apodera de mi…
¿Cómo lo soluciono? Me reseteo. ¡Sí! De vez en cuando es necesario hacerlo. Borrar y empezar otra vez. A veces es imprescindible parar, respirar profundo, tomar una buena bocanada de aire y aflorar de nuevo, con la mente limpia, vacía de pensamientos y cosas innecesarias que lo único que hacen es paralizarte, ponerte nerviosa y cargarte de estrés.
La mayoría de las mujeres tendemos a cargarnos con todo el peso de las responsabilidades y obligaciones que tiene un hogar, una familia. No descargamos peso en nadie, nos creemos el centro del universo, nos creemos que podemos con todo, y no dudo de que sea así, pero esto suele durar poco.
De repente nos empezamos a sentir estresadas, vamos cansadas a todas partes, llegamos con la lengua de fuera siempre, se nos empiezan a olvidar cosas, es tal la saturación mental, tenemos tal cantidad de información y pendientes en nuestra cabeza, tal carga de cosas por hacer que al final no hacemos nada bien, todo a medias, y lo peor es que estamos malhumoradas, demacradas, sin ganas de nada…
Todo esto acaba traspasando límites y acaba afectando directamente a la familia, si no nos sentimos bien, a gusto con nosotros mismos, es poco probable que transmitamos un buen ambiente familiar.
¿Qué transmites tú para lograr un hogar tranquilo, productivo y armonioso?
Atiende a tus prioridades, no descuides a tu familia. Tendemos a no tener en cuenta la opinión de nuestros hijos. Es muy importante que les escuches, ellos también tienen derecho a opinar, ellos también forman parte de la familia, su opinión es muy importante, déjales que hablen, que digan lo que sienten, que aporten su granito de arena a la vida familiar, les encantará sentirse escuchados, se sentirán valorados, útiles, felices y empezarán a colaborar, a participar activamente en todo lo referente al hogar, porque se sentirán parte a todos los efectos de ese núcleo, sin exclusión.
Debemos cambiar nuestra mentalidad, para comenzar a sentirnos mejor, delegar responsabilidades, dejar que los demás también participen. No te voy a engañar, es difícil, sobre todo porque hay que reeducar, es como empezar otra vez, pero se consigue.
Una parte de mi trabajo es Organizar los hogares, hacerlos más simples para el día a día, ayudar y enseñar a quien lo necesite a ganar tiempo. Cuando todo está en orden, lo tenemos todo organizado, nos deshacemos de todo lo innecesario, la vida se simplifica.
La planificación es la clave.
Una vez todo en orden, llega el momento de preparar la planificación diaria para que todo resulte más sencillo, y aquí está la clave.
¿Quién planifica? ¿Cómo se planifica?
Normalmente, en el 95% de los casos, somos nosotras las que lo hacemos, lo veo a diario.
Somos las mamás, esposas, hijas… las que organizamos las horas, días, semanas, meses, años, años, años, años…
Y aquí entra mi plan de Terapia de Orden, en el participa sin excepción toda la unidad familiar. Una vez hecho el trabajo de integración de todos los miembros, la lista de organización adecuada para esa familia (teniendo en cuenta, horarios laborarles, escolares, actividades…) marcamos responsabilidades, tareas y cosas para cada uno.
De este modo, todos somos uno. “Uno para todos y todos para uno”. Cada cual con lo suyo, cada uno es responsable de lo suyo, y cumplirá con su misión. De este modo tu carga mental se habrá descargado.
Dejarás de preocuparte por si le has metido la merienda a los niños en la mochila, porque serán ellos los que la metan. Aiiii, y pensarás y ¿si no lo hacen? Pobrecitos, se quedarán sin merendar. Borra esa carga. No te preocupes, si se olvidan, al día siguiente no lo harán.
La ropa para su actividad, se la ha dejado en la mochila, y está sin lavar… y ahora ¿Qué hago?
Sin preocupaciones. Tú no has tenido la culpa. No era tu responsabilidad. Irán en chándal, o con lo que tengan puesto. Mañana no se les olvidará.
Tu marido se levanta tarde y se le olvida llevar algo necesario a su trabajo. Te llama para que se lo lleves sin falta. ¿Qué harías? Correr, saltarte algún semáforo en ambar, dejárselo corriendo porque tienes que volver, terminar con tu trabajo, preparar la comida, recoger a los niños, poner la lavadora, recoger la ropa de secar, coser algún botón… estrés, estrés estrés. Mantente firme, si se le ha olvidado, es responsabilidad suya, mañana no se olvidará.
Quizás lo veas muy exagerado. No lo es, será difícil al principio. En cuanto hayan pasado unas semanas, todos tendrán muy claro cuáles son sus responsabilidades dentro de la unidad familiar. Somos uno. Ayudándonos los unos a los otros a mejorar su vida, a ganar tiempo, ese tiempo del que luego podremos disfrutar juntos.
¿Qué conseguiremos?
Un tiempo de calidad, porque todos estaremos descargados de esa carga mental, que nos distrae y nos impide disfrutar de lo más valioso que tenemos y que no vuelve, los momentos, las experiencias compartidas con aquellos a los que amamos. Nuestros hijos, nuestra familia, amigos…
Deja de ser el comodín, descarga responsabilidades.
¿Quieres saber por dónde o cómo empezar a Organizar y planificar?
Con mi método familiar lo conseguirás y por fin podrás librarte de toda esa carga mental y empezar a disfrutar de todo lo que te gusta.
¿Quieres alcanzarlo ya? Termina de una vez por todas con tu carga mental, deshazte de ella y empieza a vivir la vida que te gustaría. Llámame y hablamos, te contaré cómo tú también puedes alcanzarlo.
Porque una vida libre de cargas mentales y estrés será una vida plena para disfrutar y gozar de todo lo que te haga feliz.