CASA EN CAMBADOS – El antes y después.
En pleno centro de las Rías Baixas, bañada por la Ría de Arousa y regada por el vino albariño nos encontramos esta hermosa casa, rodeada de verde, iluminada por el reflejo de las aguas del mar cercano y a escasos 5 minutos caminando de la histórica plaza de Fefiñanes y muy cerquita del polideportivo, piscina, pistas de tenis, carril bici y paseo marítimo donde poder contemplar la puesta del sol.
Cuando la visitamos por primera vez, nos maravilló su ubicación, su entorno, sus vistas, pero sobre todo las enormes posibilidades que tenía para hacer de ella un hogar.
Se presentaba vacía, sin vida, triste, apagada. Nuestro objetivo, nuestra misión hacer de ella un lugar lleno de luz, vida y frescura. Nos pusimos manos a la obra, fueron unos días intensos, de idas y venidas, buscando materiales, textiles y complementos que se entremezclaran entre sí, creando un lugar capaz de enamorar, seducir y atrapar con cada detalle.
La casa está distribuida en tres plantas, 155 metros cuadrados construidos.
En la planta baja se encuentra el garaje y la entrada principal que da paso a una cocina, habitación y baño. A través de la cocina accedemos a un espectacular jardín donde podrás disfrutar de sus rincones de naturaleza y calma, para saborear las maravillosas noches en familia o fines de semana con amigos.
Subimos a la primera planta donde te encontrarás con un lugar mágico, ese que estabas esperando, un amplio salón que te enamorará por su amplitud y su luz, un espacio abierto a la cocina, terminada con materiales de primera calidad al igual que toda la vivienda.
Esta planta cuenta además con un baño y una habitación.
En la planta alta, el pasillo nos lleva a otro baño y tres habitaciones más. Desde la principal se puede disfrutar de unas magníficas vistas al mar.
5 habitaciones, 3 baños, dos cocinas, Salón, garaje, balcón y jardín. Espacios, que estudiamos y trabajamos con dulzura para convertirlos en lugares especiales, donde quisimos plasmar e integrar con pequeñas pinceladas la vida de este pueblo, sus costumbres, su gastronomía, sus fiestas…
A través de los colores hemos querido integrar el entorno que la rodea, mar y tierra, ayudándonos de tonos azules- verdosos y marrones.
La calma y la tranquilidad que rodean esta vivienda se ve reflejada en los materiales naturales.
Porque cada casa es única, distinta y especial, así las vemos y las tratamos, encontrando todo el potencial que esconden y centrándonos en sacar su mayor potencial.
Después de más de un año y medio a la venta, sin apenas recibir visitas… la preparamos para enamorar, para seducir y atrapar miradas…
Y pasó… enamoró… 50 llamadas, 50 personas interesadas en verla, y llegó la venta en tan solo dos meses, porque la primera impresión es la que cuenta.