En este cuarto las paredes color lila se comían el espacio, empequeñecían la habitación, sus complementos en el mismo tono aumentaban la carga visual notablemente.

Lo primero que hicimos fue sustituir el color por un gris claro para dar amplitud y limpieza a sus paredes y techo.

Se retiraron dos muebles pesados que ocupaban mucho espacio, uno de ellos entorpecía el paso hacia el balcón y el otro ocupaba la entrada a la habitación. Decidimos sustituirlos por una decoración más ligera, al igual que el cabezal de cama que cambiamos por uno en color blanco.

Su pequeño balcón, al que no se le daba uso, se decoró integrándolo en el cuarto, haciendo de él una continuidad del espacio, un espacio para su uso, su disfrute, un lugar para ver desde la cama al levantarse o donde poder sentarse al anochecer, con las luces en penumbra, disfrutando de todo lo que lo rodea porque a todos nos gusta sentirnos arropados, queridos, abrazados, dejarnos envolver por nuestro exterior y que éste nos transmita serenidad, tranquilidad y buenas sensaciones porque nos ayudará a mejorar inevitablemente nuestra vida.

Fotos del proyecto:​

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